Se trata de una dificultad para pronunciar o construir fonemas. Puede ser evolutiva, funcional, audiógena u orgánica.
El lenguaje de un niño dislálico si se encuentra muy afectado, puede llegar a hacerse ininteligible, por las continuas desfiguraciones verbales que emplea. Los errores más frecuentes que encontramos en un niño dislálico son: Sustitución, en que un sonido es reemplazado por otro; distorsión, se le da una forma incorrecta o deformada a un sonido pudiéndose aproximar más o menos a la articulación correspondiente; omisión del fonema que no sabe pronunciar; adición, intercalando junto al sonido que no puede articular otro que no corresponde a la palabra; o inversión, cambiando el orden de los sonidos.
Escríbenos

MARINA RODRÍGUEZ
Logopeda

Paula Egea
Logopeda

Sara Bastida
Logopeda