Los problemas de comportamiento, también llamados Trastornos de la conducta, se tratan de un patrón repetido de comportamiento en el que el niño no respeta a los demás y a las normas. Se trata de un comportamiento agresivo, de oposición, desobediente o desafiante que se mantiene en el tiempo.
Hablamos de Trastorno de la conducta cuando existe: agresión a personas o animales, destrucción de la propiedad, engaño o robo y/o incumplimiento grave de las normas. Se violan los derechos de los demás, las normas sociales, y hay un comportamiento transgresor (“hacer campana”, escaparse de casa o la escuela, etc.).
Cuando el problema de comportamiento no es considerado clínico, la intervención se dirige a informar y asesorar a los padres con técnicas específicas; en cambio, cuando existe un Trastorno de la conducta, el psicólogo trabaja directamente con el niño o adolescente, además de proporcionar pautas a los padres.
Cuando existe un problema de comportamiento en niños preescolares, hay un alto riesgo de presentar un Trastorno de conducta en la edad escolar, adolescencia o edad adulta. La detección precoz es de gran importancia.
La sintomatología más común se puede observar en las siguientes conductas:
- A menudo pierde la calma
- A menudo está susceptible o se molesta con facilidad
- A menudo está enfadado
- Discute con adultos o la autoridad (profesores, por ejemplo)
- Desafía o rechaza hacer peticiones y ordenes
- Es rencoroso o vengativo
- Hace “campana” o “novillos”
- Destruye intencionalmente objetos de los demás
- Intimida a los demás
- Provoca peleas
- Agrede con frecuencia
- Sospecho que hay consumo de alcohol y drogas
- Expulsiones del instituto
- Actos delictivos
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NOEMÍ FERNÁNDEZ
